El jazz cubano llega de nuevo a San Petersburgo

Procedente de una familia de músicos, Roberto Fonseca comenzó su carrera en Cuba participando con tan sólo 15 años en el Festival Jazz Plaza de la Habana en 1991. En aquel entonces, su música ya se caracterizaba por la fusión de ritmos tradicionales cubanos con el jazz americano y, después de formarse como pianista en el prestigioso Instituto Superior de Arte de la Habana, dejó la isla en busca de nuevos sonidos. Regresó para formar el grupo Temperamento y sus discos «Tiene que ver» y «Elengo» combinan el latin jazz, el hip-hop, el drum and bass, los ritmos cubanos y la música urbana.

Fonseca entró en el siglo XXI con muy buen pie integrándose en el mítico grupo Buena Vista Social Club donde tuvo la oportunidad de aprender de grandes maestros del son cubano como Ibrahím Ferrer, «Cachaíto» López, Rubén González, Guajiro Mirabal o Manuel Galbán, experiencia que le marcó profundamente tanto en lo personal como en lo musical. Tras la muerte de su gran maestro Ibrahím Ferrer, Fonseca dejó Buena Vista para continuar una carrera en solitario que lo ha llevado a ser considerado uno de los músicos cubanos con más personalidad de los últimos tiempos.

En Rusia ya tuvimos la oportunidad de comprobar el magnetismo y el talento de Roberto Fonseca en el escenario el año pasado, cuando el pianista cubano presentó en un concierto en San Petersburgo su disco «Akokan». Ahora regresa con un nuevo trabajo «YO» en el que parte de la música cubana tradicional para fusionarla con lo electrónico y lo acústico en un homenaje moderno a las raíces africanas de Cuba.

Mientras esperamos para ver de nuevo a Fonseca frente al piano, podemos abrir boca disfrutando de esta entrevista que concedió en su última visita a Rusia al canal de noticias «RT».